Reglamentarismo:
Consiste en legislar y reglamentar para regular la prostitución como trabajo. Generalmente limita la prostitución a sitios cerrados o zonas especiales. Legaliza el accionar proxeneta y mercantiliza los cuerpos de las personas en situación de prostitución.
Prohibicionismo:
Prohíbe y persigue la prostitución empujándola a ser una actividad clandestina siendo las mujeres, trans y travestis las mayores perjudicadas.
Abolicionismo:
Propone abolir y terminar con la institución prostitución. No persigue ni criminaliza a las personas en prostitución. Considera a la prostitución como violencia de género y exige al Estado restituir y garantizar los derechos humanos de estas personas.